miércoles, abril 15, 2009

-Dios mío, ¿cambiaste de número de celular?


Anoche, antes de dormir, leí el diario de mayor venta nacional... sí, ese mismo: EL UNIVERSO... Bueno, en sus versos, EL UNIVERSO publicaba un editorial sobre la ley de cultos y bueno, de eso ya les escribí anoche....

Hoy, les voy a contar una historia antes de dormir....

Hace mucho, mucho tiempo, el pueblo de Dios vivía feliz matando vacas, bueyes, ovejas y demás animalitos que hacían sangrar hasta que se formaban realmente ríos pestilentes de muerte, además, los cuerpitos de los animalitos muertos y destripados, los quemaban de tal manera que el humo formaba una espesa columna que llegaba hasta el cielo. Todo esto sucedía en un lugar llamado el tabernáculo de Moisés... en el desierto... Woshhhhhhhhhhhhh (efecto de viento). Cierren los ojos e imaginen a 6 millones de personas caminando por el desierto con elegantes vestidos de fiesta cada uno, empujando carretas y areeando ganado en la mitad de la nada, era como un grupo de locos camino a la playa pero la playa nunca aparecía... Todo en 360 grados de horizonte era arena, arena y más arena con una que otra roca afilada y una coqueta lagartija sacando la lengua, pero no de coqueta, si no de sed. Lo único coherente en todo este desolado y abrumador panorama, era que Dios estaba con ellos a cada paso, de día, era una nube que los cubria el sol y de noche era una columna de fuego que los guiaba y calentba en medio del frío maldito que sabe hacer en los desiertos en la noche. Los que han caminado por los desiertos tipo tres de la mañana saben de lo que hablo.

Cuando el pueblo de Dios, llegó a la tierra prometida, el tabernáculo de Moísés, fue instalado en una ciudad llamada Silo, allí se continuó con las practicas que sin duda las vacas, bueyes y ovejas odiaban mucho. ¿Recuerdas los ríos de sangre? Bueno, eso mismo se siguió haciendo. Lo importante del asunto del tabernáculo es que en medio de estas ceremonias bastante extrañas y sangrientas, por cierto; había un hombre a varios metros de los rios de sangre, vestido de lino fino, blanco, que parecía un ángel el tipo, él, entraba en un lugar secreto en medio del tabernáculo, en que había un objeto sabrado lamada el arca del pacto, sobre ese artefacto de madera bañada de oro por dentro y fuera, se presentaba Dios mismo. Sí, señores, parezca lo que parezca, mientras allá afuera habia sangre y mal olor, dentro de ese recinto, frente a un solo hombre, se aparecía Dios, el mismo que andaba de día y de noch en el desierto, el que todo lo había creado, allí estaba.... y un solo hombre podía hablar cone él cara a cara.

Pasaron muchos años y muchos eventos bélicos, entre los cuales el arca de Dios fue robada a sus legítimos dueños y fue rapatada a un país extraño, el tabernáculo de Moisés se quedó sin arca. El precioso artefacto en el cual Dios se le aparecía a las personas, ya no estaba, se fue.... No hay. Como no podia ser de otra manera, Dios mismo se las tuvo que arreglar para hacer lo que su querido pueblo no pudo hacer, así que, como el arca era de Él y en esa arca estaba Él, regreso a Israel, la nación de su pueblo.

Cuando Dios trajo de regreso el arca dentro del territorio nacional de su pueblo, el rey de ese tiempo, David, llevó el arca a Sión, allí la puso bajo un tabernáculo (que no es otra cosa más que una carpita) pero la diferencia que hizo david fue grande, aunque hizo sacrificios parecidos los de Silo, el rey rodeo el arca (es decir a Dios mismo) con alabanza las 24 horas del día. El rey David reunió en un solo lugar a un grupo de personas dispuestas a brincar, danzar, gritar y dar vueltas en el aire reconociendo que Dios es el único y soberano Dios, Creador de todo lo que se ve y lo que no se ve. En el tabernáculo de David, gritar hasta quedar roncos celebrando un triunfo, bailar por horas hasta quedar adoloridos y brincar de alegría rebotando y dando giros en el aire, fue el pan de cada día. ¿Saben lo que paso? A Dios le gustó y le gustó tanto que no se movió de allí.... No extrañó el tabernáculo de Moísés en la ciudad de Silo, no, para nada.... Dos dijo: Aquí me gusta y aquí me quedo.

Porque Jehová ha elegido a Sión;
la quiso por morada suya.
Este es para siempre el lugar de mi reposo.
Aquí habitaré, porque la he querido.
Salmos 132 13 y 14

Lo complicado del tema, es que en el tabernáculo de Moisés, en la ciudad de Silo, seguían corriendo los rios de sangre, y se seguía haciendo todo normal, pero: -¡Oh, sorpresa! Dios ya no estaba allí.... Dios se había cambiado de casa, ahora estaba a gusto en Sión, con David y su grupito de chiflados.

Ahora mismo hay mucha gente timbrando a Dios al teléfono equivocado, creen que Dios está en medio de sus obras, buenas ideas y arguemntos en los que se han movido por años, pero: -¡Oh, sorpresa! Dios no contesta...

¡Sorpresa! Dios cambió su número de celular, si desas hablar con Él marca: cero, cero cero, dos rodillas en el suelo.

Chicos, me voy a dormir, pero antes debemos estar bien despiertos.

Son tiempos diferentes y algunas herramientas son diferentes, pero hay cosas que no cambían. Diso aún anhela un lugar especial para estar a gusto y a Dios todavía lo podemos "atraer" con corazones jubilosos anhelantes de darle alegría.

Me he encontrado con amigos que me dicen que en sus iglesias "no pasa nada". Ese "no pasa nada" yo lo llamo "el síndrome de Silo": Gente haciendo lo mismo de siempre para al final del "show" irse con las manos vacías. En Silo seguían derramando sangre inocente como siempre, pero Dios estaba en otras coordenadas: Estaba en Sión, con David y sus chiflados.

Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo,
la tienda en que habitó entre los hombres.
Entregó a cautiverio su poderío;
su gloria, en manos del enemigo.
Entregó también su pueblo a la espada
y se irritó contra su heredad.
El fuego devoró a sus jóvenes
y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.
Sus sacerdotes cayeron a espada
y sus viudas no hicieron lamentación.
Salmos 78: 60-64

Ahora nos preguntamos ¿por qué la "persecución" en el Ecuador? Yo digo, no será que Dios dejó Silo... No será que nos sentimos tan a gusto con "nuestros cultos", nuestros ritos, convocatorias y reuniones de todo tipo que ni nos hemos dado cuenta que Dios buscó un nido especial para poner su presencia en otras coordenadas. Oramos, cantamos, zapateamos y hacemos de todo, pero estamos como en Silo: "Al escucar el tono deje su mensaje.... beeeep!"

Antes de irse a dormir, despiértense bien, mañana será otro dia y a nadie le imrotará lo que he escrito hoy, pero cuando te vuelva a "sonar ocupado", pregúntate el por qué.

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