viernes, mayo 28, 2010

Fuerte erupción de volcán Tungurahua en centro de Ecuador

Fuerte erupción de volcán Tungurahua en centro de Ecuador

domingo, mayo 09, 2010

Vuelo



Si el rumor ea cierto, era la mejor noticia que ser humano alguno hubiera escuchado nunca. El Comandante dió las órdenes y la nave zarpó. Si el nuevo planeta era verdadero, deberían ser los primeros en llegar. Si el pleneta era cierto, era un sueño hecho realidad. Todo un planeta hecho a la medida de todos los sueños. El Comandante tenía muchos sueños y algo le decía que si llegaba antes que el resto, lograría construír el puente entre su pasado y el futuro. Volvería a estar vivo.
Tierra de Promesa era más que un grupo de coordenadas en el cosmos. Si el planta era verdadero, sería el Cielo.

miércoles, mayo 05, 2010

LUCHÓ, LUCHO GALVEZ










Un hombre luchador, soñador, de fe...

Luchó en su mismo interor con contradicciones que a veces lo convirtieron en víctima del propio reproche y el desprecio de ajenos. Los pasos que dio lo acercarón a veces al deseo de Dios y otras veces lo alejaron. Los caminos de mi padre, la verdad no fueron rectilíneos a los ojos de mucha gente, lo cual me tiene sin cuidado. La verdad, en el Cielo solo hay Uno digno de juzgarlo.

Yo aquí en la tierra podría juzgar a mi padre y sí, hay algunas cosas que recuerdo que me han marcado la vida que tengo, y se las debo a mi papá. Hay una persona que hizo entrar a Jesús a mi cuartito una vez, para que me sane: fue mi papá. Vi a Jesús y desde ese día no he dejado de verlo. Años más tarde, mi papá me enseño que Jesús nos ve a nosotros y nos escucha. Él nunca lo supo, pero algunas veces bajé de mi cuarto en las madrugadas, antes que aparezca el sol, en esas madrugadas que uno se despierta fresco y sin sueño sin saber por qué y, ví a mi padre orando de rodillas en la sala, solo, con lágrimas. Mi papá oraba, luchando, descansando, confiando, trabajando, amando, haciendo el desayuno, riendo. A mi juicio, mi papá tiene muchas cosas por las que se lo debe recordar.

Mi papá y yo estuvimos conectados en forma especial, como esa mañana del 11 de septiembre del bombardeo a las torres gemelas, nos despertamos al mismo tiempo y caminamos como sonámbulos casi, hasta encender el televisor de la sala para alcanzar a ver juntos como el segundo avión impactaba el edificio. No entendíamos lo que pasaba, pero en el espíritu, Dios nos estaba alertando. A veces al ver a mi papá sabía lo que estaba pensando y podía saber las cosas de las que hablaría antes que abra la boca.

Mi papá luchó por la música, por los artistas, por la ternura y contra un enemigo maldito llamado mediocridad humana. Sus armas fueron el conocimiento, la sensibilidad, la creativiodad y el amor profundo por los creadores de belleza y el respeto por perpetuar la memoria de sus obras de arte y abnegación. Nadie como mi papá para recordar las estrofas de un pasillo, el nombre del autor, la fecha en la que lo escribió y alguna anécdota jocosa.

Ninguno como mi papá para ganarse al público en los escenarios. Si alguien podía ostentar el título de Rey de Los Escenarios es él. Sin duda, mi papá, en las tarimas, los estudios de TV, las emisoras radiales... era como pez en el agua. El comentario de elegante ironía nunca le faltó en los labios para dirigirse a los ogullosos y oportunistas. Mi padre vivió en una verdad y luchó por ella.

Luchó mi padre querido, hasta el último minuto, y así debe ser. Un hombre que confía en Dios debe estar seguro que Dios está vivo y responde. Pasé de rodillas a los pies de la cama de mi papá ese día, desde las 11 y 30 de la mañana, preguntando a Dios algunas cosas que pensé mi padre no había tenido tiempo de preguntar: me equivoqué. Después de la terapia respiratoria que un ángel llamado Nancy le hizo a mi papá, él empezó a dormir profundamente y en forma apacible, como haciá casi tres meses no dormía. Ni roncaba. Su cara se llenó de una tranquilidad especial, y ahí estaba yo, viéndolo dormir y preguntándole a Dios qué pasaba con mi papá. Dios me dijo que estaban arreglando asuntos pendientes, pequeños detalles, los asusntos más importantes ya los habían arregaldo antes, pero en ese instante, mientras yo miraba a mi padre cara a cara dormir, Dios estaba tratando con él cosas especiales. Dios no perdió la oportunida de tratar también asuntos conmigo, me pidió que haga varias cosas, entre ellas que piense sobre Su voluntad, y así lo hice. Pensé también que quizás somos los hijos los que tenemos ami padre apegado aún a la vida, peor también me equivoqué. Dios hizo todo a Su tiempo. Pude decirl a Dios que si Él deseaba llevarlo a Su presencia, pues, que a nombre de mis hermanos yo lo entendía y estábamos gustosos de cambiar nustra volundad por la volundad de Padre. Asi pasaron los minutos hasta las 15h30 que me despedí y salí de la casa. Mi padre voló en paz 90 minutos después, cerca de las 16h45 del 30 de abril. Gracias Dios bello por la vida de mi padre el Señor Luis Antonio Gálvez Reyes, Lucho Galvez.

Fer