viernes, agosto 20, 2010

¿Servir a Cristo?


Vas a la iglesia, es un bello domingo en la mañana, caminas a prisa y tu agitación te hace sentir más vivo y positivo a cada paso. La sangre bombea por todo tu cuerpo repartiendo partículas de emoción a tus sistemas. Te sientes bendecido, no solo por el olor a limpio que despide tu ropa, ni el aroma de tu pelo recién lavado que contagian de entusiasmo y frescura a quienes pasan cerca de ti, has desayunado rico y la sensación de saciedad es increíblemente satisfactoria. No te falta nada en este instante tu mente está clara, despejada... das zancadas largas porque alta poco para llegar al templo, ya se escucha la bulla de los jóvenes celebrando en el culto, la batería hace remates que tú conoces bien, es tu alabanza favorita. ¡Dios mío, qué buen momento! Estás entrando y saludas con apretones de manos y palmadas a todos los que ves, son tus amigos, casi familia… es un gran momento para alabar a Dios y dar gracias por todo. Atrás quedaron los problemas, preocupaciones, etc. Aún te duelen un poco los pies, has tenido que venir a pie porque el dinero no te alcanzó para la buseta, pero eso no importa ahora. Hay que cantar con todas tus fuerzas, aprovechar el momento, subirte a la ola, pero, que será cuando haya que comer… se acerca el medio día. ¡Wow! Qué rápido ha pasado todo, las canciones rápidas se terminaron ahora vienen las canciones lentas. ¡Dios mío, si las cosas pudieran ser diferentes en mi vida, si el tiempo de las vacas flacas llegara a su final hoy mismo! Dios mío, ¿cuándo será el día en que sea yo el que invite a comer y no tenga que esperar que me inviten a mí? Vaya, el tiempo voló otra vez, ahora es el tiempo para los anuncios. Sería chévere ir a ese concierto, pero ya no hacen muchos conciertos gratuitos… en fin. Hummm ¿traje Biblia? Ya van a predicar… ¿dónde rábanos queda Tesalonicenses? Esa tribu no me la conocía… Ufff… al fin, ya me estaba muriendo de calor. ¿Ofrendas? Me gustaría, pero, paso. Bueno, Señor, voy de regreso a casa… Gracias por todo. Ya te serví hoy con todas mis fuerzas y todo mi corazón. Chao.
Si la meta de “caminar” es ser un club “evangélico” con líderes evangélicos, asistentes evangélicos, haciendo cosas evangélicas para los evangélicos, asistir a eventos masivos evangélicos, hablar como evangélico y de vez en cuando hacer una cosa evangélica dedicada para alcanzar a los no evangélicos, y pasarla chévere entre amigos evangélicos, pues, “caminar” solo es asistir, ayudar, cumplir, ser puntual y entusiasta con los planes y la filosofía del club evangélico.
El vivir en “paralelo” al “mundo” y en vez de ser influencia positiva al llamado “mundo”, nos hemos dedicado a transportar las modas del mundo al interior de las cuatro paredes de una iglesia, con solo ponerles el membrete de “cristiano” y hemos logrado tener: artistas cristianos, webs cristianas, humor cristiano, reggaetón cristiano, rock cristiano, teatro cristiano, radio cristiana, TV cristiana (95% solo prédicas cristianas) y campañas o cruzadas evangelísticas a las que solo asisten los cristianos. Me pregunto de dónde sacamos la idea que hacer todas estas cosas “cristianas” es “servir a Cristo”. ¿De dónde sacamos tantas ideas “evangélicas” que hemos acuñado como válidas por el tremendo peso de la tradición, pero que ninguna relación tienen con lo que predicó y practicó Jesús, ni Juan el bautista, ni los discípulos, ni Pablo, ni los demás apóstoles?

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